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Consejos Provinciales y contribuimos á su descrédito;
me figuro que estimulamos cierto espíritu de rebeldía,
inexplicable para mí, que se está viendo ahora en el
país; me figuro, que sé yo, que si los caminos del error
yo se conocen, no hay más que un camino: la rectifi-
cación de los Consejos Provinciales; pero cuando los
Consejos se equivocan y no rectifican, tienen allí al
Gobernador Civil y al Presidente de la República.
SR. PRESIDENTE: ¿Algún otro señor Senador quiere
hacer uso de la palabra?

SR. BUSTAMANTE: Pido la palabra.

SR. PREIDENTE: Tiene la palabra el señor Busta

mante.

SR. BUSTAMANTE: Más que para rectificar, para agradecer extraordinariamente á todos los señores Senadores que han tomado parte en el debate las observaciones profundas é interesantes que acaban de hacer sobre el problema planteado. En este desfile de generales, que ha cerrado de manera maravillosa, como el Senado acaba de oir, nuestro Mayor General de la elocuencia, se ha dado cuenta el Senado de la trascendencia extraordinaria del problema y, salvo algunas reservas del señor Sanguily acerca de la necesidad de resolverlo, disentimos tal vez respecto de éste ó del otro detalle; entendemos que una Comisión debe estudiarlo pronto y con vista de ese Proyecto, darle una solución definitiva, y no se nos ocurren más que dos ó tres observaciones sobre las que yo he de hacer indicaciones brevísimas.

en la convicción de que restableciendo el equilibrio entre las necesidades del Estado y las fuerzas contributivas, cumplimos con nuestro deber y evitamos que se pidan al contribuyente cantidades que no puede pagar en su actual situación económica.

El señor Zayas, con habilidad extraordinaria, me salía al paso con una observación; me decía, é interesa que quede desvanecida esta contradicción aparente en el DIARIO DE SESIONES, que al so-tener el criterio que defiendo en este debate estoy en contradicción con algo que dije en otra ocasión al discutir un Proyecto que se presentó pidiendo que se repartiera entre las seis Provincias el sobrante del Tesoro Nacional A mi me parecía peligroso vaciar las arcas del Tesoro en aqueIla ocasión. En cuanto á la igualdad de circunstancias, podría decir al señor Zayas dos cosas: La primera, que la experiencia enseña, y aquella mayoría abrumadora me ha hecho rendirme á su criterio en la convicción de que pierdo mi tiempo buscando un criterio más justo para la distribución. La segunda, que si entonces, por la situación del Tesoro, con poco más de un millón de pesos en caja, resultaba peligroso extraer 600,000 pesos, que no se han extraído, por fortuna, hoy, con un superabit mucho mayor, ya no se corre ninguno de los peligros que antes se corrían. El auxilio ha de ser provisional, como dijo el señor Méndez Capote, que ha puntualizado de una manera clara la verdadera situación de las cosas y ha puesto de relieve la bondad de este Proyecto para los ConseMis dos Proyectos no son, hasta numéricamente, jos Provinciales, que tendrán tiempo suficiente para sino dos formas distintas de una misma idea. Para realizar esos tanteos de que hablaba admirablemente mí el contribuyente resiste porque no puede pagar, y el señor Sanguily. Pero el señor Sanguily, sin emresiste además, por una consideración profundamente bargo, hacía uso de un argumento de fuerza que puede moral. Debe contribuir á los gastos públicos, pero está impresionar á la opinión, y en que ponía toda su pacontribuyendo de un modo tal, que sobra el dinero en labra, toda su sinceridad y todo su patriotismo. -¿De las Arcas del Tesoro, hay tres millones de pescs, pró- qué se queja el país, decía, si estamos acostumbrados ximamente de superávit, y la Comisión de Presupuesá pagar presupuestos españoles enormes? Yo no sé tos del Senado acaba de decirlo al país que, hechas si esos presupuestos españoles tienen un poco de partodas las deducciones, incluso la de un millón y pico te, no me atrevo á decir en la gloria, de que nosotros de pesos de un impuesto especial, que vá ahora á los estemos aquí, ¿por qué vamos, pues, á repetirlos? ¿por gastos del Empréstito, debe sobrarnos en el nuevo qué los vamos á tomar como modelo y como ejemplo? año millón y medio de pesos. Y una de dos; ó con El país no podía con ellos, contra ellos se sacudió, esos números estamos engañando al país, ó esos nú- como contra otras muchas injusticias, mediante la remeros expresan la realidad de las cosas. El contri- volución que tuvo su término, después, en la Interbuyente, que se encuentra con ese «superávil» ex-vención y la Independencia. Es más, el país no solo traordinario y con nuevos impuestos que no pueden realmente pagar, expone enseguida esta consideración; «puesto que todos son gastos de la administración pública, que una parte de ella pague ó entregue á la otra lo que le sobre, porque á aquella le falta».

no podía pagarlos, sino que no los pagaba; entonces los presupuestos podían subir á cuarenta millones, porque cada año subía abrumadoramente la deuda, de que nos redimió el Tratado de París; eran millones en números, millones que no se realizaban. que se quedaban convertidos en deuda flotante, al cabo convertida también en deuda definitiva no pagada, porque no era de

He ahí la base cardinal de mis dos proyectos; los señores Silva y Bravo Correoso han leído aquí datos importantísimos. Las Rentas Interiores deben pro-naestro cargo pagarla. Y vamos á repetir esa situaducir en el año $858,000, porque han producido en el último semestre la suma de $429,000. Y como los gastos de las Zonas Fiscales y de los Gobiernos Civiles importan doscientos veinte mil pesos, mi primer proyecto llevaba de las Arcas del Tesoro á los Consejos Provinciales, cediéndoles las Rentas Interiores, 630 mil pesos.

Pero surgen dificultades de ejecución en la distribución de esos fondos, sobre la forma en que eso ha de entregarse á las provincias, y en seguida se piensa que, si los ingresos anuales por rentas interiores se calculan en $600,000, puede dar 600,000 el Estado, de sus ingresos generales, á las Provincias. He ahí, pues, la misma cifra, la misma idea, el resultado igual en mis dos proyectos, y desmintiendo el adagio de que «segundas partes nunca fueron buenas», parece que la segunda forma gusta más».

Estudiemos, pues, la segunda forma, estudiémosla

ción? ¿Vamos á hacer nosotros unos presupuestos de
tal manera que no se puedan saldar? Nó, hay que
ajustar la tributación á las condiciones del país, y si
| el país demuestra que cierta tributación le perjudica
y que con ella no es posible que viva, salvando al país
nos salvamos todos; evitándole dificultades al contri-
buyente, procuramos la conservación de la República,
y si logramos que no haya cada día en una población
un cierre de puertas y en la Gaceta publicado un de-
creto Presidencial que suspenda los acuerdos de los
Consejos Provinciales y hacemos que en este punto
lleguen las cosas á su verdadero nivel tranquilo y sa-
ludable, habremos realizado una obra patriótica y ha-
bremos puesto un poco de nuestra parte, en medio de
ese caos que describía el señor Sanguily de manera
tan brillante y con una palabra tan hermosa que era
para mí la luz que iluminaba la profunda obscuridad
de esta situación, y que seguirá luciendo para noso-

la

tros; porque el señor Sanguily nos guiará siempre en la difícil obra de la consolidación de la República, á que tiene que contribuir con la fuerza de su palabra y con el poder extraordinario de su inteligencia y de su patriotismo.

Marchemos, pues, ya tenemos base común; no perdamos la velocidad adquirida. Yo sé el trabajo que ha costado aquí, en medio de Proyectos importantísimos ya presentados, llegar á plantear este problema. No lo abandonemos; nombremos inmediatamente la Comisión con el encargo de que traiga un Proyecto de Ley definitivo en la próxima sesión. Si á eso se llega yo me sentiré completamente satisfecho de haber contribuido al bienestar público, aunque ya me satisface mucho haber oido discurrir brillantemente sobre el caso á todos los señores Senadores que han interveni. do en la discusión.

SR. PRASIDENTE: ¿Algún señor Senador quiere usar de la palabra?

SR. SANGUILY: Propongo al Senado que proceda inmediatamente, con la venia de la Presidencia, al nombramiento de la Comisión á que últimamente acaba de referirse el señor Bustamante, porque creo es el único medio de resolver este asunto, y resolver pronto y de una manera eficaz la situación.

SR. PRESIDENTE: ¿Está de acuerdo el Senado en que se nombre la Comisión? (Acordado.) Se conceden cinco minutos de receso para nombrarla. (Eran las 8 menos 25. A las 8 menos 35 se reanuda la sesión y son nombrados para componer la Comisión los señores Zayas, Bustamante, M. Capote, Silva y Bravo Co

rreoso.

SR. SILVA: De suerte que la Comisión presentará su Dictamen en la próxima sesión?

SR. PRESIDENTE: ¿Acuerda el Senado que se presente el Dictamen con carácter preferente para la próxima sesión? (Acordado.) Se levanta la sesión. (Hora: las 8 menos 10.)

IMPRENTA DE RAMBLA Y BOUZA, OBISPO 35.

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Undécima sesión ordinaria.-Mayo 18 de 1903.

SUMARIO

NUM. XII

Se lee y aprueba el acta de la sesión anterior.-Dictámen de la Comisión Mixta de Senadores y Representantes sobre la Ley por la cual se otorga una prórroga de dos meses a la Comisión Liquidadora del Ejército Libertador.-Después de su discusión se aprueba el dictámen.-El señor Zayas propone que se cumpla el artículo 21 de la Ley de Relaciones.-Proyecto de Ley del señor Frías para el nombramiento de una Comisión encargada de continuar y terminar los trabajos pendientes que tenia á su cargo la extinguida Comisión Revisora de las Listas del disuelto Ejército Libertador.-El señor Sanguily lo apoya.-Es aprobado con algunas eumiendas.-Continúa la discusión del dictámen sobre las enmiendas del señor Bustamante al Preyecto de Ley para auxiliar á los Consejos Provinciales.-Preguntas del señor Frías que contesta la Presidencia.-Proyecto de Ley de Loterías.-El señor Frías se opone.— Vótase la totalidad y es aprobada.

A las cuatro horas y veinte minutos de la tarde y | sobre el Proyecto de Ley originado en la Cámara que bajo la Presidencia del doctor Estévez y Romero, comienza la sesión.

SR. PRESIDENTE: Se abre la sesión El señor Oficial de actas se servirá dar lectura á la de la sesión anterior.

SR. OFICIAL DE ACTAS: (Lee el acta de la sesión del quince.)

SR. PRESIDENTE: ¿Se aprueba señorcs Senadores? (Señales afirmativas.)

Queda aprobada el acta. El señor Secretario se servirá dar cuenta con la orden del día.

SR. FERNÁNDEZ RONDÁN, Secretario: (Lee.)

«En la Habana el día 16 de Mayo de 1903, se reunió en el Senado la Comisión Mixta de Senadores y Representantes para llegar á un acuerdo sobre la Ley por la cual se otorga una prórroga de dos mese- á la Comisión Liquidadora del Ejército Libertador. La constituían los señores Senadores Manuel Sanguily, Francisco Carrillo, José de J. Monteagudo y Manuel Lazo y los señores Representantes E. Loynaz del Castillo, Santiago García Cañizares, Carlos Mendieta, Pedro Mendoza Guerra y Carlos Manuel de Céspedes. Fueron elegidos, Presidente señor Manuel Sanguily, y Secretario el señor Carlos Manuel de Céspedes.

Y después de ámplia discusión acordó la Comisión manifestar al Congreso que no puede tomar acuerdo

tiene la fecha de 6 de Mayo del corriente año, cuando la Comisión Central Revisora había cesado el día 30 de Abril anterior según lo dispuesto por la Ley de 3 de Marzo de 1903; y no era posible convenir en prórroga alguna respecto á lo que ya no tenía existencia ni legal ni material.-El Presidente, Manuel Sanguily. -El Secretario, Carlos Manuel de Céspedes.-Manuel Lazo, José de J. Monteagudo, Dr. Santiago García Cañizares, Pedro Mendoza, Francisco Carrillo, Carlos Mendieta, E. Loynaz del Castillo.»>

SR. FRÍAS: Pido la palabra.

SR. PRESIDENTE: La tiene el señor Frías.

SR. FRÍAS: Si yo mal no recuerdo me parece que el Proyecto de Ley que dió lugar al nombramiento de esta Comisión mixta constaba de dos partes: una por la que se prorrogaba el ejercicio de sus funciones á la Comisión revisora, por un plazo determinado; y otra por la cual se trataba de ampliar el plazo para la inscripción de las planillas que no hubiesen sido presentadas. En el primer extremo el acuerdo fué completo y absoluto en ambos Cuerpos; la discrepancia surgió en cuanto al segundo extremo; la Comisión mixta no ha podido, pues, ponerse de acuerdo, ó tratar de ponerse de acuerdo, sino en el segundo particular, porque el primero estaba fuera de discusión, y hay un artículo de la Ley de Relaciones por virtud del cual

estamos en el caso de proceder á nombrar esta Comi- Comisión Mixta había tropezado, solución que yo la sión, y, así, yo invito al Senado á que lo haga, para hallaba aplicando un precepto de la Ley de Relacioque de acuerdo con la Comisión que nombre la Cáma-nes. ra de Representantes, reduzca el Proyecto á aquellos particulares en que están conformes ambos Cuerpos Colegisladors, y que, según antes decía, es en el particular de la prórroga de las funciones de la Comisión Central revisora de las listas del Ejército. SR. SANGUILY: Pido la palabra.

Encontramos aquí que hay una parte de la Ley, la primera, en donde se trata de prorrogar las funciones de la Comisión revisora, en lo cual ambos Cuerpos están conformes; y otra en la que se trata de la prórroga del plazo para presentar las planillas, en donde existe un criterio diametralmente opuesto entre ambas SR. PRESIDENTE: La tiene el señor Sanguily. Cámaras. Es indudable que no deben prorrogarse SR. SANGUILY: ¿Es decir, que el señor Frías pide la funciones ya fenecidas, que no cabe extender la jurisdesaprobación de lo convenido por la Comisión, impli- dicción de una Comisión que cesó de llenarla, por cando esto, en el fondo, un voto de censura? El señor haber expirado el plazo por el cual se le había nomFrías está en su derecho, y, acaso, tenga razón; pero brado; pero es también indudable que ahí están los yo, desgraciadamente, por haber sido Presidente de la documentos de la Comisión revisora y liquidadora, Comisión, tengo que usar de la palabra para explicar cuyas tareas aun no se han concluido, y que es neceal Senado los motivos que ella tuvo para proceder co-sario que alguien las termine, y que debe surgir á virmo procedió. tud de un precepto legal dictado por ambos Cuerpos un organismo, algo que se encargue de terminar esos trabajos.

Como es tan frecuente entre nosotros y tan natural en la vida, que á cada paso se cometen inadvertencias, al estar discutiendo nosotros, cabalmente aquellos particulares en que diferían las Cámaras, en que difería el Senado de las enmiendas de la Cámara de Representantes, se notó este hecho: La Comisión Central Revisora no podía subsistir funcionando sino hasta el treinta de Abril, el Proyecto que la Cámara envió al Senado, sobre cuyos particulares estuvo de acuerdo con la Cámara, había sido introducido en aquel Cuerpo con fecha seis de Mayo, y aquel acuerdo proponía, esencialmente, la prórroga de la Comisión Central Revisora, es decir, suponía la continuidad de una cosa que legalmente había desapa ecido.

La Comisión Central Revisora de las listas del Ejército carecía de existencia legal desde el día treinta de Abril y era imposible, pues, que por una proposición de Ley, introducida en la Cámara de Representantes el seis de Mayo, se otorgase la prórroga de lo que no existía.

En tal concepto, la Comisión encontró que sustancialmente los acuerdos eran viciosos, que no era posible aprobar una Ley expresada en esos términos, y se puso de acuerdo, para manifestar al Congreso que no se había creído facultada para aceptar lo que se había resuelto, sin duda por inadvertencia. Si se entiende que todo esto es una mera cuestión de palabras, entonces el señor Frías, después que así lo declare al Senado tendrá razón, y yo, en la parte que me concierne, me someteré resignado al voto de censura; pero mientras no se declare que esto es una cuestión de palabras, hemos tenido nosotros razón, porque sobre todo ha habido un precedente, yo no puedo recordarlo de cuando data, pero ha habido un precedente acerca de una prórroga de lo que ya no existía, á lo cual se negó el Senado; y nosotros, siguiendo esa misma jurisprudencia, nos hemos negado á prorrogar lo que no existía, es decir, lo que era de suyo improrrogable.

SR. FRÍAS: Pido la palabra.

SR. PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Frías. SR. FRÍAS: Cuando mi amigo el señor Sanguily comenzó á hablar, yo, que tengo verdadero deseo de no incurrir nunca en nada que pueda envolver una censura para él ni para ninguno de mis compañeros, llegué á alarmarme suponiendo que, involuntariamente, hubiera podido yo censurar algo en que él hubiera intervenido; pero después que tuve el gusto de oirle, esa alarma desapareció porque he venido á convencerme de que él y yo tenemos el mismo punta de vista en este problema.

No fué mi ánimo dirigir, con la proposición, ninguna censura al dictámen de la Comisión mixta, sino el de encontrar una solución á la dificultad con que la

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Yo buscaba, pues, en esa situación creada y en el hecho de esa igualdad de criterios dentro de una Ley, en la que respecto de otros extremos, sin embargo, no hubo lugar á un acuerdo, una solución; de ahí, pues, mi proposición, para que cumpliendo con ese artículo se nombre una Comisión, la cual perfectamente podrá al dictaminar sustituir la palabra «prórroga» por la de «se crea» ó «se nombra», ó cualquiera otra, que le dé vida á esos organismos, para que nosotros podamos aprovechar la discusión ya realizada y obviar trámites; porque indudablemente, dada la tramitación que las leyes sufren en nuestros dos Cuerpos Colegisladores, en este instante si adoptamos este temperamento, será posible llegar á esta Ley mediante el nombramiento be una nueva Comisión Mixta, sin tener que someter el nuevo Proyect al Via Crucis de las Comisiones, de los dictámenes y de las discusiones para después ir al otro Cuerpo, quedar allí sometido á la órden del día y estar pospuesto á todos los asuntos de preferencia en instantes en que parece que la legislatura, ya moribunda, va, á virtud del calor y del tiempo pasado, á extinguirse, y cuando ambos Cuerpos han acordado darle preferencia justificadísima á la discusión del Proyecto de resolución del conflicto de los Consejos Provinciales, y también que los Presupuestos sean discutidos dentro de las dos primeras horas de las sesiones que celebremos, y además, cuando en la Cámara de Representantes existe un acuerdo que solo deja un día de la semana para los Proyectos nuevos que se presenten y los otros días quedan dedicados á la discusión de la Ley de Presupuestos, Municipal y otras que no recuerdo en este momento.

Así, pues, mediante la forma que yo proponía, sería posible que la Comisión Mixta, nuevamente nombrada, al reducir los extremos de esa Ley, presentara como dictamen un proyecto que obviara los inconvenientes que la Comisión anteriormente nombrada encontró, y que el señor Sanguily notaba con perfectísima razón, lo que hay que reconocer como justificado, porque ello se impone.

Ese ha sido el propósito que animaba al que en estos momentos se dirige al Senado; el de hacer una proposición que no envolvía, como comencé diciendo, la más mínima censura, sino al contrario el deseo de cooperar á lo que parecía era el mismo criterio que inspiró á la Comisión Mixta.

SR. SANGUILY: Pido la palabra.

SR. PRESIDENTE: Tiene la palabra el Sr. Sanguily. SR. SANGUILY: El asunto es sumamente sencillo; la Cámara de Representantes por un Proyecto de Ley extendía á un plano mayor de llegislador la vida y fun

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